Vitrales artísticos para una iglesia en África
A principios de año, estuvimos involucrados en el diseño y creación de un conjunto de cinco vitrales para una iglesia en África, específicamente en Ruanda. El proyecto surgió a partir de una llamada telefónica desde Estados Unidos, una conversación inicial para conocernos, seguida de una serie de correos electrónicos para planificar en detalle esta compleja realización.
Además de gestionar las fases de elaboración del vidrio, el proyecto también requirió la instalación de vitrales artísticos con doble acristalamiento, realizados con vidrio laminado de gran espesor. También fue necesario prestar especial atención al embalaje, dada la complejidad del envío por la distancia y el peso de las cajas de madera, así como a los trámites burocráticos necesarios para la exportación de estas obras de arte sacro.
Los temas y diseños de estos vitrales artísticos destinados a África fueron proporcionados por el cliente, dejando espacio para posibles cambios o interpretaciones. Las dimensiones de las ventanas eran casi todas similares: alrededor de un metro de ancho y dos metros de alto, a excepción de una, que fue colocada horizontalmente.
María Inmaculada
El primer vitral creado muestra a María Inmaculada en una de sus representaciones más icónicas: de pie sobre un globo terrestre, mientras con su pie aplasta la cabeza de una serpiente, símbolo de la victoria sobre el pecado y el mal. Este tema sagrado, profundamente arraigado en la tradición cristiana, recuerda la promesa de la redención por la pureza y la gracia divina de la Virgen.
La imagen está llena de simbolismo: el globo sobre el que se encuentra la Virgen representa el mundo entero, mientras que la serpiente, a menudo asociada con el pecado original, es derrotada bajo su pie, en un gesto que simboliza su supremacía sobre el mal. El color predominante de este vitral es el azul, símbolo de la pureza y de la realeza de María.
Desde el punto de vista estilístico, este vitral destaca por su enfoque moderno. En comparación con las otras obras encargadas para la misma iglesia, este presenta un diseño minimalista, con líneas limpias y una representación simplificada de los detalles pictóricos. La elección de un estilo más esencial no disminuye el impacto emocional de la obra, sino que lo amplifica, permitiendo que la luz natural juegue a través del vidrio y cree una atmósfera de profunda espiritualidad dentro de la iglesia.
Jesús Misericordioso
Esta segunda obra reproduce fielmente el famoso cuadro del artista Eugeniusz Kazimirowski, realizado siguiendo las instrucciones de Santa María Faustina Kowalska. Fue la monja polaca quien recibió, durante una de sus visiones místicas, la imagen de Jesús Misericordioso. Una tarde, en su celda, sor Faustina vio aparecer a Cristo con la mano derecha levantada en señal de bendición, mientras con la izquierda tocaba su pecho, del que emergían dos grandes rayos.
Durante la aparición, el Señor le habló, ordenándole que pintara la imagen que estaba viendo, añadiendo las palabras «Jesús, en Ti confío». Cristo reveló a sor Faustina que esta imagen debía ser venerada en todo el mundo como signo tangible de su divina misericordia.
Dado que este vitral religioso estaba destinado a una iglesia en Ruanda, la escritura fue traducida al «Yezu ndakwizera», que significa «Jesús, en Ti confío» en el idioma ruandés, y esta elección lingüística hace que la obra sea más accesible a la población local.
En nuestra obra, Jesús está rodeado de nubes que se extienden en diferentes tonos de azul. Estas nubes se abren suavemente detrás de él, creando un efecto de profundidad y movimiento que simboliza la presencia divina que envuelve a Cristo. La aureola de Jesús está hecha con rayos de esmalte amarillo transparente, sombreados con tonos de grisalla azul, que dan una sensación de brillo y sacralidad.
Virgen Coronada
Este vitral representa a la Virgen arrodillada, inmersa en una atmósfera de profunda sacralidad y serenidad. Con las manos juntas en oración, la Virgen se encuentra sobre una suave extensión de nubes, realizadas con vidrio soplado que va del gris al azul, dando a la obra una sensación de ligereza y trascendencia. Las nubes, suaves y vaporosas, casi parecen elevar a la Virgen hacia el cielo, evocando su íntima conexión con lo divino.
Su cabeza está cubierta por un velo de color blanco puro, mientras que la Virgen viste un manto de color azul intenso y una túnica rosa que matiza con grisalla naranja.
Sobre la cabeza de la Virgen se encuentra un halo brillante, de estilo más moderno, adornado con un gran resplandor solar que irradia luz divina en todas direcciones. Los rayos, pintados con tonos de grisalla sobre vidrio de diferente intensidad de amarillo, representan la gracia y la protección divina.
Para completar su figura, la Virgen lleva una corona de oro finamente pintada y adornada con perlas, rubíes y esmeraldas colocadas en el centro del halo.
Crucifixión
Y aquí está nuestra crucifixión, basada en la imagen enviada por el cliente de un pequeño panel medieval, parte de una gran vidriera cuya procedencia se desconoce.
La escena central de la Crucifixión está encerrada dentro de un marco dorado con forma de almendra, un elemento muy utilizado en el arte medieval. La parte inferior de la ventana está adornada con ornamentos góticos finamente pintados, que incluyen detalles refinados y delicados, propios del arte sacro de la época. En las esquinas de la ventana se pueden ver cuatro pequeños rostros estilizados que, con la lengua fuera, añaden un toque lúdico, un elemento típico del humor medieval.
En el centro se representa el cuerpo de Cristo de forma sobria, con postura rígida y proporciones deliberadamente idealizadas, reflejando el estilo de las representaciones de la época. A los lados de la cruz, las figuras igualmente estilizadas de María y Juan: María, representada con la cabeza inclinada y el rostro lleno de sufrimiento, mientras que Juan, con las manos entrelazadas, acompaña a Cristo en su sacrificio.
La parte inferior de la ventana está enriquecida por un hermoso paisaje medieval, que añade un nivel adicional de significado a la escena; en el pueblo, al pie de una cadena montañosa, se puede ver una iglesia que predice el advenimiento del cristianismo.
Esta crucifixión, con sus detalles y ornamentos góticos, es una obra que transforma el espacio en el que se ubica, otorgándole una belleza sagrada atemporal y una profunda espiritualidad.
Última Cena
La última obra de este conjunto, además de la más desafiante, fue una copia de la Última Cena de Leonardo da Vinci, traducida a la técnica del vitral. Este proyecto presentó desafíos considerables, tanto por la complejidad de la obra original como por las dificultades técnicas asociadas con su transposición al vidrio.
La situación se complicó aún más por el tamaño más pequeño de la ventana en comparación con el original: la Última Cena de Leonardo mide casi nueve metros de ancho, mientras que nuestra ventana sólo tenía dos metros y diez centímetros. Esta discrepancia requirió cortes extremadamente complejos y el uso de pequeñas baldosas de vidrio, que debían cortarse y pulirse con gran precisión. Fue necesario asegurar el uso de mina muy fina para delinear las figuras, sin dejar grietas imperdonables entre la mina y el vidrio.
Desde el punto de vista pictórico, hubo que interpretar algunas partes de la Última Cena, ya que el original ha sufrido daños considerables con el tiempo y casi ha desaparecido. Afortunadamente, pude hacer referencia a la copia realizada por Giovanni Antonio Boltraffio en 1520, una obra al óleo sobre lienzo conservada en el Magdalene College de Oxford, Reino Unido. Esta pintura fue de gran ayuda para reconstruir detalles perdidos de la obra maestra de Leonardo.
Varios artistas han intentado crear vidrieras artísticas inspiradas en la Última Cena, pero nadie había creado nunca una versión de sólo dos metros cuadrados. En el Museo Bernardini Fatti della Vetrata Antica de Sansepolcro se expone una vidriera de 40 metros cuadrados, creada en 1924 por el taller Moretti Caselli de Perugia, que atestigua el tamaño y la importancia de este tipo de obras.
El trabajo, a pesar de ser extremadamente desafiante, fue igualmente apasionante. Cada paso del proceso, desde la elección de los colores del vidrio hasta la meticulosa atención al detalle, requirió concentración constante y artesanía refinada. Para este trabajo, tuvimos el placer de contar con el apoyo de Léa, una becaria enviada por una escuela francesa para practicar. Su pasión y dedicación fueron de gran ayuda.
La creación de estas vitrales artísticos para una iglesia en África fue una experiencia que nos conmovió profundamente, no sólo desde el punto de vista artístico, sino también desde el punto de vista humano. Este proyecto nos llevó a un país marcado por una historia dolorosa, la del genocidio de 1994, una tragedia que dejó profundas cicatrices en el corazón de la humanidad.
Somos conscientes de que, en un contexto de gran pobreza, estas obras tendrán un profundo impacto, ofreciendo a la comunidad un espacio de paz y congregación.
Si ha apreciado nuestros vitrales para una iglesia en África, descubra más sobre los vitrales artísticos sagrados de IKO Studio, obras que aportan belleza y espiritualidad a lugares de culto en todo el mundo.